04 julio 2009

Democracia negativa

Mañana son las elecciones. Había dicho que publicaría algo respecto a mi decisión del voto nulo pero, ya ven, hasta hoy a las 10 de la noche se me pegó la gana hacerlo. Soy bastante voluntariosa cuando se trata de mi blog y más en estos días de extraña apatía que no deja de desconcertarme... de la cual quizás hable después.

Verán, mi amigo Alfredo escribió en su blog un post acerca de la anulación del voto, por la cual él vota en contra. Sus razones son varias, reconoce que la forma en que se lleva el proselitismo en México apesta y desmotiva a cualquiera a votar, pero lo que él dice, y la mayoría de los que se postulan en contra del voto nulo, es que si se anula el voto, además de ser algo inútil, es perjudicial porque ganará el partido con el "voto duro".

Y aquí viene lo interesante, pues ese partido de "voto duro" varía dependiendo de la postura política de quien lo señale. La cosa está así: el voto duro (ese voto egoista, inetersado, comprado, ignorante; es decir, el voto chafa) generalmente sostiene a partidos igualmente chafas, pues si no fuera por esos votos de carácter clientelar, el partido se caería, ya que nadie "inteligente" (o responsable o cualquier adjetivo políticamente positivo) votaría por él. Qué se yo, he conocido a personas que apoyan a X o a Y, en apariencia antagonistas, y que dan las mismas muestras de inteligencia, integridad y responsabilidad ciudadana.

Pero pasa algo más: esos que tienen una verdadera convicción para apoyar a su partido político, con plena conciencia de lo que ello conlleva, son escasos. Una gran parte de los que se dictan en contra del voto nulo, también promueven votar por "el menos peor", ya que ni ellos mismos están del todo convencidos de su elección. Una democracia donde no se vota por que alguien llegue al poder sino por que otra persona no lo haga. Una democracia en negativo.

Y ¿qué les parece? todavía ayer estaba segurísima del voto nulo y hoy, justo un día antes de las elecciones, me ha entrado la duda. Por una parte me aterra que partidos-comodín alcancen el poder de legislar sobre asuntos importantísimos como la pena de muerte o la cuestión antinarcotráfico, sin embargo, ¿es esta la forma en que deseo que se maneje la "democracia" en mi país?

No. Esta es una excelente oportunidad para expresar la inconformidad de miles de personas por la vulgaridad, bajeza y vergüenza con que se está llevando la política mexicana, por la arrastrada que le están metiendo a la democracia, por la tomada de pelo que le hacen a millones de mexicanos con sus pseudo-propuestas, por el abuso de la ignorancia y su falta de interés por destruirla; por hacer de las elecciones una galería de gente popular, pero de incierta capacidad política; por manipular suciamente los lugares comunes de "bienestar, empleo, salud, educación" sin decir cómo chingaos (sí, chingaos) piensan alcanzarlos; y por un largo etcétera que no hace falta mencionar aquí de tan evidente que es.

¿Que el voto en blanco no le importa a los políticos? ¿Entonces qué explica tantas campañas en contra de éste por parte de los institutos electorales, partidos políticos, organizaciones e individuos? ¡Claro que les importa! Porque si los resultados de votos nulos son numerosos, se pondrá en evidencia la gran disconformidad que existe entre los ciudadanos, no tanto por las "propuestas" de los partidos, sino por el sistema político en general, la dinámica de pacotilla con que se maneja el proselitismo en el país.

Por toda esta porquería que hemos aceptado por tanto tiempo, me puedo afirmar como anulante o nulificadora (me gusta cómo se oyen), y hacer del voto nulo una protesta (no la única ni la más potente) en contra de cómo se están llevando las cosas en México, y no sólo una salida fácil a las opciones terribles que se nos ofrecen. El voto nulo es una decisión, amigos. Se decide votar en contra del sistema electoral, o, si lo quieren ver más positivo, en favor de una reforma del mismo. El voto nulo, obviamente, no pondrá a nadie en el puesto, pero quizás se vean obligados a replantear la dinámica, por lo menos, de las próximas contiendas electorales.

Pero bueno, aquí le corto pues tengo que ir a dormir. Me hubiera extendido más si hubiera tenido la precaución de escribir esto antes. Y para terminar con el toque irónico, mañana seré funcionaria de casilla.

No, no quemaré las urnas ni promoveré la nulificación, pero podré observar de cerca cómo actúa la gente que no está involucrada completamente con la política, y quizás después les platique de mis impresiones.

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P. D. Si quieren enterarse un poco de lo que está sucediendo en Honduras, les recomiendo que visten la página de Alicia Andares, quien puso una lista de links a artículos relacionados con el golpe de estado y ha continuado publicando diversos escritos sobre el tema. De cualquier modo, léanlo con precacución, pues, además de que todos los artículos son de una sola revista electrónica, en algunos textos es muy evidente una interpretación un tanto condicionada por la postura política de los autres.