05 junio 2009

Un poco [poco] más tranquila

Estimados míos:

Gracias por preocuparse por mí y lamento que lo hayan hecho. Resulta que se puede llorar por miles de razones además de tristeza, por ejemplo, exitación, un momento conmovedor, belleza, gripa, cebolla, basurita en el ojo o estrés... y este último caso fue el del martes.

Como algunos de ustedes imaginarán, ya estoy en finales de semestre, y los trabajos se me están acumulando en torres descomunales. Ayer jueves era la fecha para entregar un análisis historiográfico de un libro y además, en nuestro caso, hacer una exposición del mismo. El libro que nos tocó analizar fué La formación histórica de la Clase Obrera de Edward Thompson de nada menos que 1000 páginas aproximadamente. "Por suerte", el trabajo lo hicimos en equipo y a mi compañera y a mí nos tocó leer 500 y pico páginas a cada una. Gracias a mi terrible manía de procastinar todo, tuve que leer mi parte en menos de una semana para que tuviéramos tiempo de hacer el trabajo y el problema, justamente, llegó cuando nos sentamos a "acordar" cómo hacerlo. Como ambas tenemos el caracter un tanto dominante y perfeccionista, fue muy dificil llegar a acuerdos, pues cada una tenía una idea de como deberia ser. No les hago el cuento largo, el martes, con el tiempo encima, intentamos ponernos de acuerdo para estructurar el trabajo para que las cosas que ella y yo teníamos que decir se unieran con coherencia. No lo logramos, ella quería proceder de una forma, yo de otra y al final del día, con cada una en su casa y comunicándonos por mensajero, yo ya estaba francamente molesta y cansada.

Para entonces ya tenía molestias con el asma, un tic en el ojo, cansancio, angustia por los otros trabajos y exámenes, una dosis hormonal de esas que te ponen como loca, me sentía como una papa cocida y mi neurosis salió como un mounstruo peludo. En medio de los intentos de consenso, salía corriendo a la sala gritando y rabiando, diciéndole a mi tía lo harta, lo molesta, lo fastidiada, lo bla bla bla que estaba y, de verdad, quería ponerme a llorar de desesperación. A eso sumémosle que estoy medio llorona estos días y hoy, por ejemplo, al ver sus mensajes de apoyo también me han venido ganas de chillar conmovida... estas hormonas me enloquecen.

Al final de cuentas opté por cantársela a mi compañera: estaba cansada y me estaba sobre-estresando y si no llegábamos a un acuerdo, mejor hacer dos trabajos por separado. Fue el lubicrancante para que nuestra máquina trbajara y entonces organizamos el trabajo. Al día siguiente, miércoles, amanecí como un fresco girasol: alegre y cantante. He ahí uno de los más grandes momentos de mi volubilidad.

El trabajo salió bien (al menos las dos quedamos satisfechas con los resultados) y la exposición... no tanto porque nos pusimos nerviosas y nos dió verborrea; pero este momento tan estresante ya ha sido superado... ahora me voy a ocupar de otros momentos estresantes...

Por otra parte, sobre aquello de guardar silencio, les puedo decir que me ha servido mucho dar lugar a la meditación antes de precipitarme a soltar las mil palabras desordenadas que a veces quieren huir enloquecidas. Aunque extraño mucho escribir en mi blog, por el momento debo terminar con mis compromisos, además estoy atravesando un momento de inestabilidad y por eso, lo que hoy me atrevería a decir, mañana lo estaría negando (no es que sea estúpida, indecisa quizás, es que eso de la relatividad me está devorando, ja ja).

Tengo un gran signo de interrogación dibujado en el alma y no sé muy bien pa' donde voy. Por eso he querido reflexionar sobre mi vida, la dirección que estoy tomando, mis proyectos, la carrera, mis deseos, mis miedos, mi posición en el mundo y muchas otras cosas más. La verdad es que no he llegado a ninguna conclusión, pero han surgido preguntas que creo será importante tener presentes cuando actúe.

Como sea, termino primero mi semestre y después les cuento de estas reflexiones. Nuevamente gracias por sus dulces palabras, son un apapacho al corazón.

5 comentarios:

Panchis dijo...

es bueno saber de ti. Ayer me quede preocupado.Aqui ninguna novedad...ah si...me enamore.besos!!

Alfredo R. I. dijo...

Menos mal que sólo era estrés... y otros desarreglos habituales de tu género. Lo bueno es que ya ha pasado, y tienes mejor disposición para lo que falta del semestre.

Mucho ánimo, un abrazo.

cams_luna dijo...

Entiendo completamente Adriana, yo también estoy en examenes finales tanto en danza como para terminar la prepa y además de eso esta semana tengo funciones (por si gustas ir es en el mismo lugar de la vez pasada) mis pobres pies estan destrozados pero ya falta poco para terminar, tomalo con calma.

Saludos!

Ana Lucía M.M. dijo...

Adris me siento muy triste por esto que leo. Te extraño y te quiero, aquí estoy Adris, si te sirve de algo, para lo que sea. Quisiera haber (espAcialmente) estado a tu lado.

Anónimo dijo...

das asco