08 mayo 2011

Hard Candy


¿Han visto la película Hard Candy? Si no, pues véanla. A mí en lo personal me provocó una fascinación tétrica y morbosa. Y como no me gusta ser una spoiler, como dicen en inglish, pues no les cuento de qué va. Pero hoy me acordé de esta película porque presencié un momento donde la femineidad débil y pusilánime volvió a dejarse pisotear.

Estaba esperando el camión cuando escuché un golpe y una niña empezó a llorar. Volteé y su mamá la levantó, así que pensé que se había caído. Luego de un rato, me di cuenta de que la señora también estaba llorando y que el hombre que las acompañaba le intentaba quitar de los brazos a su nena de no más de dos años. La señora, que en adelante será mencionada como señora M, la agarraba con fuerza e intentaba huir. Entonces otra señora, señora O, volteó a verme preocupada y me hizo señas para ver si llamaba a la policía, y yo con señas le respondí que sí. Pero no veía que hiciera nada con su teléfono sino restregarlo con ansiedad entre sus manos mientras seguía viendo en dirección a la Señora M e hija. Decidí acercarme a señora O y le propuse que entre las dos nos acercáramos con la señora M para brindarle apoyo (aunque sea en número) y así evitar que el sujeto M nos agrediera físicamente.

La señora respondió a nuestro gesto diciendo que quería que el tipo se fuera, que las empujó, que las estaba molestando y no sé qué. Le pedimos al tipo que se fuera y él dijo que era un malentendido, se dirigió a la señora M diciéndole que nos dijera que no era lo que parecía. Señora O dijo que la patrulla ya venía en camino y como no nos creyó (porque no habíamos hablado a la patrulla), saqué mi teléfono y enfrente de él marqué el número de emergencias y pedí ayuda policiaca. Debo confesar que mi cuerpo me temblaba, tenía miedo y estaba insegura, pero tenía la sensación de estar haciendo lo correcto. Cuando el sujeto M vio que mi llamada era real se fue a paso veloz. ¿Y qué creen? Señora M se fue tras él.

Los seguimos señora O y yo, pero ellos ya estaban en la otra parada del camión, mientras tanto la señorita del teléfono de emergencia seguía esperando en línea y tomando mi reporte. Desde lejos vimos que señora M le entregó la nena al sujeto y los tres subieron al camión.

- Señorita ya se fueron
- ¿Entonces cancelo la solicitud de la unidad?
- ...pues sí... creo que sí... gracias...

Al llegar a mi casa, con un nudo en la garganta y con los nervios todavía alterados, le pregunté a mi mamá "¿cómo rayos puedes ayudarle a alguien que se va corriendo tras de lo que quería huir?"

En muchos momentos he visto situaciones donde alguna persona necesita ayuda, quizá de diferentes niveles, pero ayuda que al fin de cuentas yo puedo brindarle, y he de reconocer con harta vergüenza, que no siempre he actuado: me da miedo, quiero evitar momentos de estrés, "cada quien con sus problemas", no veo-no veo- no veo... Y lo cierto es que muchos de esos actos son cuestión de un instante, y a veces me tardo decidiendo si actuar o no mientras que la vida sigue.

Hoy actué, temblando, pero lo hice. Y vuelvo a repetirme que las cosas no pueden mejorar si las personas no actúan para que mejoren. Es decir, todas. No puedes ayudar a nadie más allá de lo que esté dispuesto a ayudarse a sí mismo...

1 comentario:

el ticher dijo...

me gusto tu post

en su momento trataba de cambiar el mundo keriendo resolver los problemas de todo mundo

lo malo es que no he aprendido a resolver ni los mios...

pero bueno aun lo intento...

cada vez que me lo permito...


que estes bien!!!