02 noviembre 2008

Es como el mar

Te lo explicaré de otra forma. Todo esto es… como enfrentarse al mar. Una inmensidad enigmática, que lo mismo inspira calma como el más profundo terror; azota violentamente contra las rocas, revuelve, hunde, ahoga, revuelca y al final te escupe misericordioso a la arena. En medio de la confusión intentas acoplarte a la tierra firme, pero la quietud te atormenta: has probado el frenesí marítimo y te has hecho adicto a él. Mientras que la arena sólo toca tus pies, el mar empapa todo tu ser y cuando la arena a penas se mueve con el soplo del aire, el mar nunca se paraliza gracias a su fuerza interior. Entonces te das cuenta del poder hipnotizante de ese monstruo sin forma, comprendes que prefieras tu miedo paralizante a la falsa tranquilidad del suelo, sabes que aún quedándote en la arena escucharás el rugir del mar y pensarás que clama por ti. Llegado a esta conclusión darás media vuelta, te zambullirás nuevamente y esperarás hasta la siguiente tregua… o aprenderás a vivir con él, comprenderás su cadencia, te fortalecerás en medio de su poderío y experimentarás el arte de nadar en su superficie y bucear en su interior.
Es algo así. ¿Me explico?

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