16 mayo 2009

Señor ¿por qué me haces tan vergonzozamente impulsiva?

* Nota preventiva al lector: Largo. Muy, muy largo *

Si uno conoce cómo funciona su pensamiento bajo ciertas circunstancias, es una necedad pretender que actúe de forma contraria en las mismas. Cuando tengo sueño, no puedo hacer análisis demasiado complicados (ni sostener conversaciones muy sesosas). Luego entonces vengo a dar mis grandes metidas de pata al blog, a evidenciar públicamente mi impulsividad de manera vergonzosa y a verme en la penosa necesidad de tragarme mis poco-pensados comentarios de manera igualmente pública.

¿Y todo esto a qué viene? A que soy una ignorante en materia biológica y química (y si agregamos un poco de cinismo, me atrevería a decir que esto es suficiente argumento para sostener mi postura de que las clases de biología son un fiasco) y tengo la desfachatez de decirles pendejetes a los que se dedican a su estudio (dejemos lo pendejete, entonces, para los políticos, seguro que ahí no hay pierde).

El problema no es no saber, el problema, que justamente desde hace algún tiempo he venido criticando tanto, es hablar sin saber, sin informarse, sin corroborar sospechas.

Mis opiniones surgieron a partir de la información que yo recordaba:

1. Que desde hace tiempo (1984) quieren descifrar el genoma humano y que no lo habían logrado (porque está conformado por más de 20 mil genes y encontrar la secuencia de ese titipuchal de piezas de rompecabezas debe ser, sin duda, difícil). Entonces se me hizo verdaderamente risible que una bola de gente del "México destecnologizado" (como lo han venido presentando en todo este tiempo) y el super-héroe de la humanidad, justo cuando está toda la morocotonga de la influenza, vinieran a anunciar que ya encontraron el mapa, no del humano, sino del mismísimo mexicano y que este descubrimiento explica por qué aquí hay tanto muerto por la enfermedad a comparación de otros países.

Bueno, pues estaba verdaderamente atrasada en noticias porque según lo que investigué, el primer borrador del genoma fue anunciado en EUA en 2001 y en 2003 fue presentado el mapa completo. Sin embargo, estos mapas correspondían al genoma humano, no a ningún grupo étnico.

Por eso seguí investigando y encontré que el 99.9% del genoma humano es exactamente el mismo entre todos los humanitos del planeta; el 0.1% restante es lo que nos hace diferentes como individuos. La problemática que encontré es si es posible que en ese 0.1% se pueda encontrar similitudes entre individuos del mismo “grupo étnico” o si, por el contrario, las personas somos suficientemente diferentes como para que ese mapa étnico ea inútil.

En esta última postura encontramos a Cesar Nombela, catedrático de la Universidad Complutense, que aseguró que "si se cuantifican las diferencias entre dos individuos, incluso considerados como de la misma raza, su valor alcanza niveles muy superiores a aquellas que puedan determinar las diferencias raciales o étnicas", o sea que, según él, somos más diferentes que iguales (aún siendo de la misma raza). Así mismo, durante el anuncio del borrador del genoma en Casa Blanca en 2001, el director del Proyecto Genoma Humano, Craig Venter, aseguró que Celera usó el ADN de tres mujeres y dos hombres identificados como: hispánicos, asiáticos, caucásicos o afro-americanos. "En los cinco genomas no hubo manera de diferenciar una etnicidad de otra".

Defendiendo la otra posición, evidentemente encontramos al INMEGEN, el Instituto mexicano que dio a conocer la noticia el lunes y al proyecto Mil genomas, que son iniciativas cuyo objetivo es encontrar esas similitudes entre individuos de un mismo “grupo genético”. Según estas organizaciones, el mapa genético de un grupo étnico sería sólo un patrón para descifrar más fácilmente los mapas individuales (y, ahí sí, irrepetibles).

2. Cuando dijeron que el mexicano era medio europeo (que venían mezclados con moros y quién sabe cuanto más) y medio indio se me hizo, además de una patética recurrencia a un lugar común, una contradicción con lo que habían dicho hace dos años cuando afirmaron que el mexicano promedio tiene 35 razas mezcladas en sus genes.

¡Treinta y cinco grupos "étnicos"! y de repente dicen que hay un "genoma del mexicano". Pero ¿qué clase de mexicano? Incluso después leí que no son 35, sino 65 grupos étnicos mezclados en nuestros genes. El director del INMEGEN asegura que en otros países han encontrado ya el genoma de grupos caucásicos, africanos y asiáticos, pero que nosotros no compartíamos las características de esos mapas y, por lo tanto, eran inútiles para el desarrollo de nuestra medicina. Obviamente somos diferentes a aquellos grupos, porque la población mexicana es +85% mestiza. Pero mestiza no es un “grupo étnico” sino una verdadera mezcolanza de grupos (o sea que no somos pura-sangre). El director del INMEGEN, Gerardo Jiménez-Sánchez, en una entrevista con Carmen Aristegui, aseguró que este es el primer mapa de una población mestiza.

3. ¿En qué criterios se basaron para la elección? ¿Este es más mestizo que aquel? ¿cómo saber eso? ¿quién está más mezclado que el otro? Y además ¿cómo pueden decir que han encontrado "lo mexicano" a partir de “unos cuantos” individuos [ahora verán por qué] si México está conformado por más de 100 millones de habitantes? Si el muestreo se hizo con 300 quiere decir que con un 0.0027 % de la población hicieron una generalización de lo que es el mestizaje. Y algunos datos no cuadran. En unos lugares dicen haber trabajado con 1000 (como el de López-Dóriga), en otras fuentes dicen 300, en la página del instituto dicen 1200 y hay sitios en donde la cifra la suben hasta 3000. Salieron tan precisos con las cifras como en los casos de influenza.

4. El 0.1% del genoma que en el video afirman que nos hace únicos, yo tenía entendido que era por individuos y no por razas. El genoma de cualquier persona (a excepción de los gemelos idénticos y los organismos clonados) es único.

Si bueno, esto no lo niegan, por el contrario trabajan en ello. Se supone que en ese pequeño porcentaje de individualidad, puede haber similitudes entre sujetos del mismo grupo étnico.

5. “¡¿Un chip que según tendrá nuestro mapa genómico?!” Lo admito, vi Zeitgeist hace algunos meses y no pude evitar pensar en los chips que dicen que nos pondrán y nos controlarán, sobre todo cuando dijeron que serían subcutáneos.

Investigué y encontré que una empresa, BioNanomatrix, estaba trabajando en este mentado chip medio caro (lo menos, 100 dólares) y que el chiste es que tú le escupes (o bueno, le pones delicadamente una gotita de saliva) y el aparato en 8 horas decodifica tu ADN.

Por otra parte, Jiménez-Sánchez ya había anunciado en enero de 2008 el uso de este chip para el control de la obesidad. Y sólo encontré eso. Nada de subcutaneidad. Digan lo que digan, yo no quiero ponerme nada debajo de la piel.

6. Qué coincidencia que este descubrimiento lo anunciaran justo ahora que está la mera efervescencia por nuestra nueva amiga porcina, la influenza.

Según la página del INMEGEN, los resultados del borrador del genoma del mexicano (no del mero-mero mapa) serían publicados en julio de este año para celebrar el tercer aniversario del instituto. Así que sospecho que optaron por adelantarlo, para que el "super-héroe de la humanidad" tuviera bases para afirmar que México no tiene deficiencias en las inversiones en ciencia o medicina, como se ha acusado en estos tiempos de gripa cochina.

Por si las dudas, estos avances médicos no tienen manera de explicar por qué en México ha habido más casos mortales de influenza que en otros países (como llegué a escuchar en teléfono descompuesto), pues la información que se obtiene del genoma es para dar cuenta de enfermedades consideradas "crónico degenerativas" y no virales como la gripe.


Miren ustedes, yo tratando de redimirme y en mi búsqueda encontré un debate ético-moral bien jugoso. Desde que se fundó el Proyecto Genoma Humano, hace casi 20 años, surgieron debates en torno al comportamiento ético de médicos, organizaciones de investigación y la sociedad en general. La UNESCO, en un intento por resolver estas problemáticas, creó en 1997 la Declaración Universal sobre el Genoma Humano y Derechos Humanos (estos y sus ínfulas de universalidad) en donde se tratan temas referentes a la dignidad humana y la no-discriminación por el contenido genético de las personas (como individuos y como grupos) así como la originada por acaparamiento de conocimiento. Bien dicen que para saber qué es lo que incomoda a una sociedad basta analizar las prohibiciones reflejadas en sus leyes, y en este caso, la Declaración expresa la preocupación de las personas por evitar que estos "avances científicos" produzcan conocimiento que facilite la discriminación de las personas [discriminación científica].

Para empezar, despejemos lo que el "nuevo" lenguaje significa en el "viejo" lenguaje. Después de tantos conflictos que azotaron al mundo por la idea de razas diferentes entre la humanidad y la pronta jerarquización de las mismas (superiores e inferiores), surgió un conocimiento que desmentía estas creencias (las investigaciones genómicas), afirmando que entre la humanidad no existen razas, sino "grupos étnicos". Pero, según lo que he leído, digamos que "grupos étnicos" es una clase de eufemismo de raza para evitar relacionarse con movimientos racistas, porque, al final de cuentas, se establece que ciertos conjuntos de personas comparten "algo" biológico (antes, las cualidades raciales; ahora, los genes).

Juliana González Valenzuela (¡de FFyL!), en su libro Genoma humano y dignidad humana, publicado en 2005, señala lo siguiente:

Quienes por su parte rechazan el uso de raza para evitar toda posible confusión, proponen otros términos para referirse a las diferencias poblacionales, y el más aceptado ha sido el concepto de "grupo étnico" o bien, "marcadores genéticos", "genética de poblaciones" o "diversidad genética de grupos".

Lo que resulta una verdadera ironía es que desaparezcan las razas pero no el racismo, pues a la gente “común” le importa un pito lo que los científicos definan como raza o como grupo étnico, si al final de cuentas basan sus prejuicios (que corren el peligro de ser cientifizados) en las diferencias físicas más notables entre las personas. De ahí parte otro dilema, pues el “conocimiento” que la sociedad científica genere sobre grupos étnicos (que comparen el genotipo –configuración genética-) y el índice de incidencia en ciertas enfermedades del mismo, por ejemplo, estará inmediatamente relacionado con el aspecto de las personas (o el fenotipo –expresión física del genotipo-: negro, mongoloide, caucásico, etc.). No hay que hacernos tontos, los “grupos étnicos” se diferencian entre sí más allá de los genes (¿qué racista haría un estudio genético para justificar su odio?), pues en muchos casos la cultura y la sociedad en la que están inmersos definen su comportamiento en general. González Valenzuela lo señala en su libro:

Más allá, sin embargo, de la cuestión semántica, lo evidente es que, en efecto, la actual investigación genética, en su intrínseca novedad, conlleva un cambio sustancial, frente a la forma de abordar la diversidad de las poblaciones humanas en término de razas. [...]

Lo grave es que la nueva genética de poblaciones puede abrir la posibilidad de ser objeto de distorsiones y malos usos, originando nuevas modalidades de discriminación, e incluso, paradójicamente, nuevas formas de racismo.

Del cual ya han sido acusados los científicos genetistas, por ejemplo, al imputarles que la manipulación genética que pretenden lograr con sus investigaciones es una clase de eugenesia más especializada.

La eugenesia es el control de la "mezcla de razas" entre los individuos para mejorar o evitar el empeoramiento de las mismas, lógicamente estaba basado en ideas que otorgaban a ciertas razas (europeas, generalmente) una superioridad frente al ambiente en comparación de otras más débiles. Esta forma de pensamiento y acción tuvo gran impacto en el mundo (al menos occidental) a finales del siglo XIX y gran parte del XX, y México no fue la excepción. Los primeros gobiernos post-revolucionarios implantaron medidas gubernamentales como el control matrimonial para evitar el deterioro de la raza, así como evitar "enfermedades" que se consideraban genéticas como el alcoholismo o la propensión delictiva. Del mismo modo, promovieron la migración de población europea al país para que, digamos, "compartieran" su buena raza y mejorara la mexicana, así mismo se tomaron medidas francamente racistas que evitaban el paso de chinos a México. [Si están interesados en el tema pueden consultar el libro de Laura Luz Suárez y López Guanzo, Eugenesia y racismo en México.]

En defensa de las investigaciones genómicas, el doctor José Egozcue, en una ponencia dictada en 2001, afirmaba que el tratamiento genético no es de ninguna manera eugenesia, "porque, en primer lugar, la definición de eugenesia implica una actuación sobre una población, no sobre una persona ni sobre una familia". Sin embargo, creo que las intenciones siguen siendo las mismas, porque antes el "mejoramiento" sólo podía hacerse mediante el control en la mezcla de individuos (procreación) y se servían de herramientas mediáticas para lograr resultados amplios (pues no tenía sentido que unos cuantos mejoraran su raza, el chiste es que después de unas generaciones, la “raza mexicana” fuera totalmente mejor y fuerte), y ahora, con los conocimientos adquiridos y los avances tecnológicos (y el miedo al fascismo y esas cosas), puede tenerse control a nivel personal. Pero esto sólo es cambiar los métodos y con ello el alcance de los mismos, mas siguen siendo los mismos objetivos. El autor continúa: "por tanto, cuando actuamos sobre una persona lo que estamos haciendo es promoción de la salud, no eugenesia". La eugenesia también estaba concebida como promoción de la salud, porque bajo las mismas premisas de mezcla de razas (o mezcla de patrones genéticos) se pensaba que se podía evitar que la población enfermara tanto debido a su condición de "raza débil".

Simpático. Inmediatamente después, el doctor echa abajo su argumento al aceptar que lo que la genética se propone sí es eugenesia, pero que ésta no debe confundirse con la pseudegenesia:

Cuando se habla de la eugenesia, de lo que se está hablando, en realidad, es de pseudogenesia y la pseudogenesia es siempre una decisión política, acientífica y que no tiene relación alguna con la genética. Por ejemplo, si un dictador como Hitler decide terminar con los judíos por odio étnico, eso es una decisión que no es científica y no tiene relación con la genética.

Además de hacer un anacronismo imperdonable, pues en la época del nazismo no existían conocimientos sobre genética, y por lo tanto no puede acusarlos de no haberlos utilizado (porque seguramente lo hubieran hecho), Egozcue recurre a un lugar común que, por ser además extremo, es inmediatamente repulsivo: el nazismo. Pero no hay que ser injustos, el nazismo si basó sus acciones en los "conocimientos científicos" que se tenían en la época: superioridad e inferioridad de razas comprobada por meras lucubraciones filosóficas o por "observaciones" que acomodaban a sus ideas retorcidas. Por si fuera poco, hay que señalar que el odio étnico no se da sólo porque sean "otro" grupo étnico sino por la personificación que se hace de ellos (sucios, débiles, malvados, etc.), y en muchas ocasiones la “ciencia” ha proporcionado argumentos para sostener estos prejuicios así como la jerarquización entre grupos humanos.

El conocimiento por sí mismo no es malo, el peligro sigue siendo cómo se empleará, interpretará, qué clase de acciones se tomarán a partir de él (por ejemplo, para “evitar” las enfermedades que se seguramente tornará en evitar a las personas), qué nuevos prejuicios serán justificados, cuáles discriminaciones surgirán. Si no tenemos cuidado, si nos olvidamos de los valores morales, todo esto puede tornarse un infierno para unos cuantos, infierno respaldado por el sacrosanto conocimiento "científico".

Y creo que esta clase de preguntas nos conciernen a todos: ¿estas diferenciaciones entre "grupos étnicos" (antes llamados razas) realmente servirán para una mejor atención "personalizada" a los individuos de las mismas o proporcionará argumentos para continuar con diferenciaciones que se transforman en jerarquizaciones y generar así, nuevas formas de discriminación?

Y es aquí, donde los que se supone estudiamos a la sociedad, nos venimos a embarrar de estos avances científicos, donde tenemos que meter la cuchara para reflexiones del tipo moral, de justicia social y orientar a la sociedad en el uso de este nuevo conocimiento. Tomemos en cuenta lo que César Nombela añade en su artículo:

La utilización de categorías raciales o étnicas, que sigue siendo empleada en Medicina, por ejemplo, para establecer la incidencia de determinadas patologías en caucasianos o personas de color, debe hacerse con precaución y con conocimiento de causa. Los grupos étnicos, tal como se definen, tienen un sustrato cultural y social que con frecuencia va mucho más allá del biológico. Es preciso estar alerta frente a explicaciones genéticas de diferencias entre grupos humanos, en especial cuando se trata de caracteres de determinación compleja como la conducta o la capacidad intelectual

¿Se puede o no se pueden encontrar similitudes genéticas entre un “grupo étnico”? Quién sabe, dejemos esos asuntos para los científicos. ¿Se pueden encontrar similitudes entre personas que tienen una mezcolanza espeluznante de grupos étnicos en sus genes (como los mexicanos) como lo han hecho entre gente que comparte una misma raza? lo dudo, pero también dejémoslo a los científicos. Lo que a nosotros nos concierne es pensar en el impacto social que todos estos avances pueden tener y en idear y tomar medidas para evitar nuevas formas socialmente autodestructivas.

Y bueno, después de pasarme toda una tarde investigando de qué manera había metido la pata, me di cuenta que, después de todo, no estaba tan perdida. Sin embargo, creo que la próxima vez primero haré la necesaria investigación-exprés y después, con toda tranquilidad, le miento la madre a aquellos que les corresponda.

Terminé :D

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